URL: dialectus.com

DIALECTOLOGÍA

FILOLOGÍA

dialectus.com

Portal de humanidades

 

Inaugurado el 13 de junio de 2002

Festividad de San Antonio de Padua

Correo electrónico: info@dialectus.com

CREACIÓN LITERARIA

LITERATURA

 

©dialectus.com.2002.Diseño, texto, vídeos e imágenes. Dominio de Antonio Viudas Camarasa. Realizada con fines didácticos y sin ánimo de lucro.

AVISO DE COPYRIGHT


Página personal de la escritora

Rosa María Lencero

 

 

Pregón de las fiestas

de

"El barrio" 

(Mérida)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

PREGÓN DE LAS FIESTAS DE

EL BARRIO

 

Me vais a permitir que inicie este Pregón rompiendo una lanza de homenaje a favor de las mujeres de este barrio, que han sido un ejemplo y un punto de referencia para toda la ciudad de Mérida.

Las mujeres que han integrado el Taller de Lectura... y preguntaréis ¿por qué?

Pues sencillamente, este Taller de Lectura ha sido algo inusual, novedoso e insólito... no está, digamos, dentro de lo normal y cotidiano que en un Centro Social de una barriada, los viernes a las cinco de la tarde, hora de las grandes faenas, se reuniesen un puñado de ilusionadas participantes, de todas las edades, a compartir el goce de la lectura y la tertulia... Y cuidado, no ha hecho falta ser letrada en ningún sentido... bastaba con la ilusión y la participación agradable y con humor.

Y por supuesto, también hemos tenido acompañamiento masculino y atentos pequeños, que se convertían para nosotras en visitas agradables.

Bien, hecho esto en justicia y para ejemplo de todas y todos... encomiendo este Pregón a la advocación emeritense de Santa Eulalia, que os proteja a todas las familias de este barrio hospitalario, donde he podido comprobar que todos somos bien venidos y bien hallados que os guarde el magnífico humor que he podido comprobar en muchos convecinos vuestros y la filosofía de la vida cotidiana, necesaria para despertarse cada día y enfrentarse al mundo que nos rodea.

A la pagana usanza de los viejos tiempos de Augusta Emerita, también encomiendo este Pregón a nuestro padre el Río Anas, para que sea benévolo y no se salga de madre con el atrevido Albarregas, sino más bien os refresque los veranos cuando os sentéis felices con vuestras sillas de bayones en la puerta... o con las hamacas, que los tiempos cambian, a gozar del fresquito de la noche mientras se conversa de lo divino y lo humano, como suele decirse.

Estos son dos costados de El Barrio y hay otros dos a los que también me encomiendo, uno, las Sagradas Vías del Ferrocarril, para que nunca dejen escaparse el progreso que trajeron hace tiempo para desplazar a los madriles hacia la melancólica Lisboa, y que se obre el milagro tan necesitado de una nueva revolución industrial y tecnológica del siglo XXI, para que vuestros hijos y nietos escriban otras páginas gloriosas en la historia de la ciudad y no se les pierda el tren de la vida.

El otro costado, el Calvario o Calle de las Cruces, frontera con el mundo llamado del centro..., curiosamente, he ambientado en esta calle tan emblemática de Mérida un trozo de uno de mis relatos: un fragmento en que la gran actriz Margarita Xirgu estaba en nuestra ciudad, en 1933, representando la obra de Medea en el Teatro Romano. Brevemente dice así:

"La casualidad hizo que (Margarita Xirgu) pasara Calvario arriba frente a nuestra casa y que el aroma tibio de las perrunillas que horneaba mi abuelo le llevara a empujar suavemente el postigo de la puerta.

- ¡Como me llamo Tomasa Temístocles te vas a tragar el aceite de bacalao!

Mi abuela, cucharón en ristre, alcanzaba a mi madre por la trenza. Desde entonces (mi madre) comenzó a llevar todas las mañanas recién hechas perrunillas "a la fonda del convento", al Parador... una perra chica se grababa todos los días en la palma de su mano."

Es curioso, desde esa perra chica, que aún yo de pequeña he conocido en sus últimos instantes de vida, al Euro, nombre que no me suena todavía con lenguaje cariñoso y familiar... han pasado muchas cosas, muchas vivencias ... y como soy nostálgica, me gusta saber que en este Barrio los nombres de sus habitantes aún son familiares para todos... el valor auténtico de los nombres de pila que no se devalúan, que aún siguen llamando a las personas por su auténtica identidad.

Retomando el hilo de nuestro Pregón, El Barrio es la costilla de la ciudad que protege el corazón donde reposa la fuerza antigua de la Mérida pequeña y encerrada en su breve espacio... su crecimiento contribuyó a fortalecer a la población, a implantarle sangre nueva con otros bríos y otra visión del presente y del futuro... El Barrio rojo... que afincó familias obreras laboriosas que tuvieron que ganarse el jornal a fuerza de sobrevivir.

En aquellos años de despegue más o menos rápido de los setenta... El Barrio poseía el lujo veraniego de la ciudad: la playa fluvial del Puente de Hierro. ¿Hay en Mérida algún emeritense que no se haya remojado a la sombra de este puente? Aún quedamos muchos niños de entonces, ahora nadamos en la corriente del río que nos lleva, nuestros recuerdos aún disfrutan del agua eterna del Guadiana y gracias a la magia del deseo, todavía somos chicos agarrados a las piedras de la orilla... aunque ahora, nos lleva otra corriente.

Yo también me dejo llevar ahora por la corriente de otro recuerdo... aquellas viejas Escuelas de los ferroviarios, que pasaron en los cuarenta de la posguerra a llamarse como el Ministro de Educación Nacional, Grupo Escolar "Ibáñez Martín", albergaron mi adolescencia en clases de aritmética por las tardes... Conservo aquel librino de pastas duras donde en su portada estaba el dibujo de aquella balanza tradicional de los comercios de entonces... hoy todo es precisión digital.

Apuntaba en mi cuaderno las cuentas, pero mi lápiz ya iba para poeta... y ni siquiera aquellas clases donde se amasaban miles de quintales de harina para convertirla en ricos pasteles de tiza, me hicieron comprender el misterio de los números y los problemas. Ahora, afortunadamente y sin que me oigan los maestros de matemáticas, uso la calculadora... y aquellos lápices negados para los números, me escriben los cuentos que me enseñaron siendo niña.

De todas formas para romper el hilo de los problemas, no creo que ni el mismo Ministro de Economía y Hacienda, junto al Ministro de Transportes, se partan la cabeza con el problema que plantea la velocidad de dos locomotoras que van a todo tren, saliendo de Mérida..... ¿a dónde irán, si apenas nos quedan trenes? O las incógnitas que tiene que resolver ese Ministerio de Transportes de Viajeros por Carretera... ¿Cuántos vehículos, con cuántos excursionistas emeritenses, irían más a menudo a pasear por la ciudad antigua de Cáceres si existiese una autovía, por ejemplo, con el nombre tan bonito como iluso de Vía de la Plata?

Ojalá estas maravillas las conozcan vuestros nietos que ahora son chiquininos, por lo menos en la flor de la vida.

Y como creo firmemente que de recuerdos también vive el hombre, me viene a la memoria aquella frase asusta-niños ¡Que viene el Moro Muza! y todos nos imaginábamos a un hombretón fornido y barbudo con amplios y oscuros ropajes y que con una cimitarra en una mano venía a cortar nuestros sueños... ¡Huy, qué miedo!

Ese nombre y pasar por la calle Muza, me trae un aire de nostalgia, de preciosa nostalgia infantil... ¡Ojalá el Moro Muza siga siendo parte del sueño emeritense, así se resguarda por los siglos la historia!

Y menos mal, que los vecinos de la calle Augusto viven tranquilos protegidos por el Genio de la Colonia emeritense; que los de la calle Prudencio escuchan el rumor del himno que escribió a la niña de trece años llamada Eulalia, obstinada en su voz que repetía "yo creo"...

Y los que habitan en la calle Duque de Salas, pueden respirar tranquilos mientras éste siga reparando el puente del sueño, seguirán cruzando sin miedo el Guadiana.

¿Escucharán los de la calle Toledo el rumor de la Reconquista? ¿Degustarán en la calle Adriano los sabores exquisitos de la hermosa Roma...?

¡Nunca se sabe dónde está la magia! Porque un Barrio que ha tenido tantos aromas en tan acotado espacio, abrazado por el hierro dulce de las vías y mecido por las ondinas plateadas del río... debe tener un duende en cada esquina protegiendo las puertas de las casas...

Hace años se cerró el portalón del Callejón antiguo de La Amargura... hoy El Barrio está abierto de par en par, a todo corazón, a la inmensa alegría de la vida y forma parte del hermoso y fértil paisaje urbano de la Mérida a la que todos amamos.

Me enorgullezco de pertenecer, en amistad y espíritu, a la sabia comunidad de este Barrio.

¡Larga vida!

Rosa María Lencero Cerezo

Mérida, El Barrio, 28 de junio de 2002

 

 

 

 


 

 

Asociación de vecinos "El barrio"

Asociación  Cultural "La Tajuela"

Asociación juvenil "Cástula"

VOLVER